La hora del cuento.


Cuentacuentos de "El traje nuevo del emperador"


A todos los niños les encanta que les lean cuentos, no solo a los prelectores sino a aquellos que todavía no saben ni las vocales. La narración de un cuento, es un arte para cualquier edad. Antaño, la fantasía y  la imaginación iban de la mano de la lectura de un buen cuento, ahora este modelo se ve amenazado por lo vistoso y fácil que es acceder a una trama vía dibujo animado o videojuego.

Además, esto va de la mano del ajetreado modelo de vida que tenemos hoy en día. ¿Cuándo tenemos un poco de tiempo para leernos o leer a los pequeños un cuento?

Por ello, es deber de la maestra- de educación infantil en este caso- trasmitir y seducir a los más pequeños con este arte. Buscar estrategias que sepamos que pueden funcionar para nuestro oyente. Para esto hay que conocerles muy bien. Lo que les gusta a unos, puede que no sea lo idóneo para otros. Por ello, es fundamental tener un gran repertorio de cuentos de todas las clases: folclóricos, didácticos, clásicos….etc

También hay que tener muy en cuenta que el momento de la lectura es un momento para disfrutar y no para aleccionar.

Las estrategias que tenemos como alternativa en la hora del cuento son:

- El cuentacuentos, no se utiliza ningún libro ni imágenes. Es la imaginación del que narra el cuento el que da los detalles y la entonación adecuada. Los cuentos adecuados son los folclóricos o populares. Podemos utilizar recursos como el tipo de narrador, cambios de entonación, de ritmo y estructuras “divertidas” para comenzar y finalizar el cuento.ç

- En la narración con libro se utiliza el libro como apoyo, no se lee literalmente. Los niños irán siguiendo la historia fijándose en las imágenes del libro. En esta técnica, como en el cuentacuentos podemos utilizar cambios de voz, entonación…etc. Es también una buena forma de hacer partícipes a los niños interrumpir la narración para hacer preguntas como “y ¿ahora que creéis que va a pasar?

- La lectura es una lectura literal del cuento leyendo lo que dice el texto. De la misma forma que las dos técnicas anteriores, se pueden usar diferentes entonaciones, voces…etc. Enseñar las ilustraciones y hacer preguntas para captar la atención son recursos muy adecuados.

Una vez que terminemos de leer el cuento o de contarlo con cualquiera de estas tres estrategias, podemos hacer preguntas sobre como se han sentido, como han entendido el cuento o que es lo que más les ha gustado.

Para empezar esta actividad me tengo que resolver tres preguntas:
  •          ¿Qué libro voy a seleccionar?
  •          ¿Qué estrategia vamos a seguir?
  •          ¿Para qué edad es la más adecuada?

Lo primero que he seleccionado es el texto a contar. He elegido el cuento “El traje nuevo del emperador” de Hans Christian Andersen, porque siempre me ha encantado ese libro. Mi padre me lo contaba cuando era pequeña y me reía mucho. También he tenido la oportunidad de analizarlo en la actividad anterior por lo que lo conozco bastante bien. Si bien, no recuerdo entenderlo muy bien cuando me lo contaban, su presentación de la verdad y la mentira, nos da la oportunidad como maestros de introducir este tema tan a la orden del día en estas edades.



Como se trata de un texto folclórico, la estrategia mas adecuada es el cuentacuentos, y sinceramente la que más me apetecía porque creo que es la que da mas juego para inventar, imaginar, hacer un poco de teatro…etc.¡Me encanta!

Como ya dije en mi análisis sobre este cuento, creo que la edad más apropiada es el último ciclo de educación infantil. En esta edad los niños se encuentran en la etapa pre-operacional, donde el niño es capaz de manejar el mundo de manera simbólica o mediante representaciones así como es capaz de pensar en hechos o personas ausentes.

El niño en esta etapa desarrolla el concepto de identidad individual y su autoestima y tiene una vida imaginativa rica y abundante, que le ayuda a entender lo real, lo que es perfecto para que el niño pueda abstraerse e imaginar que puede pasar con ese “traje mágico”.

Para preparar la estrategia de cuentacuentos, lo que hice es buscar un atrezo acorde. Me apetecía disfrazarme un poquito. Quería hacer de narrador-emperador. Compre una corona en el chino, y cogí entre las cosas de mi hijo un caballito con palo y una espada.

Mi idea es que la indumentaria este acorde en la medida de lo posible con el cuento que vamos a contar. Así, cuando los niños en el aula vean que me estoy poniendo algún complemento significa que ¡empieza la hora del cuento!.  En este caso, al tratarse de un emperador, la elegí como si fuera un cuento de caballería.

El cuento me lo sé bien, lo he oído y contado muchas veces. Para prepararlo, he ido combinando, cambiando voces, pensando si alguna palabra sería poco comprensible para los niños…etc. En los días previos al taller lo he repetido en todos los sitios, en el coche, en el espejo, se lo he contado a mi marido, a mi hijo, me he grabado con el móvil…etc.

Pensé en ir parando para asegurarme que los niños comprendiesen todas las palabras y para crear el interés en ellos:
  •          Érase una vez en un país muy lejano….- Parada de suspense.
  •          ¿Sabéis que es un sastre? .- Cuando sale por primera vez esta palabra.
  •          ¿Qué creéis que va a pasar ahora -Cuando el primer ministro entra en el taller para contarle al emperador lo que están haciendo los sastres y cuando el emperador va a probarse el traje.
  •          ¿Qué os ha gustado más? .- Al finalizar
  •       ¿Qué hubierais hecho cuando el emperador hubiera salido al desfile desnudo?.- Al finalizar
  •          ¿Hubierais dicho lo que de verdad pensabais? .- Al finalizar
  •          Colorín colorado este cuento se ha….. .- Parón para dejar que los niños completen la frase.

El día del taller, nos pusimos en grupos de tres, asegurándonos que al menos hubiera una estrategia de cada. En nuestro caso, éramos cuatro. Itziar, Noemí, Miriam y yo. Las dos primeras eligieron la narración con libro y Miriam la lectura. Las tres me hicieron disfrutar muchísimo.

Cuando fue mi turno, la verdad me sentí cómoda con mis compañeras, pero me salió peor de lo que esperaba. Me di cuenta de que titubeé varias veces y tuve que reformular varias frases que me percaté de que no entenderían niños de 6 años.

La retroalimentación de mis compañeras fue buena, aunque me dieron algunos consejos como que no usase la palabra “trillón” porque los niños no lo entenderían. También se cuestionó la edad de los niños, quizás demasiado pequeños con 6 años, aunque lo pensamos mejor y lo dejamos. 

Como reflexión final, me ha encantado realizar este taller. En primer lugar, porque he disfrutado mucho escuchando a mis compañeras, que me han hecho vivir los cuentos como si volviera a tener 5 años. Y, en segundo lugar, porque me he divertido mucho preparando mi cuentacuentos, e imaginando como sería hacerlo en un aula de verdad. Además, creo que me va a ser súper útil en mi día a día como mamá y en el futuro en mi aula de educación infantil. Me imagino “disfrazándome” diariamente para que el momento de la lectura del cuento sea el favorito de mis niños en el colegio. ¡Todo han sido ventajas!

BIBLIOGRAFÍA:

Bernárdez Enrique, Seijo María Antonia, Vicente Isabel, Eyheramonno, Santos Fernando (2017). El libro de los 101 cuentos. (Traducción). Madrid. Grupo Anaya S.A

Labajo, I (2018). Apuntes de literatura infantil.

Linares, A. R. (2009). Desarrollo cognitivo: las teorías de Piaget y Vygotsky.

Labajo, I. (n.d.). Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector.

Comentarios

  1. Hola!

    Tras leer tu entrada me a dado pena no haber coincidido con Tigo, aunque sería difícil ya que decidimos hacer la misma estrategia. La idea de disfrazarse y meterse más en el personaje me pareció fascinante ya que yo no caí en esos detalles que pueden ayudar al oyente a seguir inmersos en la historia.

    En cuanto a la historia diré que no había hablado hablar de ella y ahora después iré corriendo a leerla ya que me has creado mucha curiosidad.

    En cuanto a la entrada me parece que está muy bien trabajada con que enhorabuena por el buen trabajo y muchas gracias por descubrirme una historia más que sin duda la meteré en mi carpeta de maestra.

    Un beso.

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